martes, 15 de mayo de 2012

Carlos Fuentes: Sólo le falta el Nobel

Por Humberto de Alba

(21-May-1994).-



Carlos Fuentes ganó el premio Príncipe de Asturias de las Letras 1994 y no fue por obra de la suerte. Se lo ha sabido ganar por el apropiado manejo de la lengua española, y por hacer de ella una lengua de respeto ante los demás.

La literatura de Fuentes está caracterizada por cuatro géneros que sabe manejar a la perfección: la novela, el cuento, el ensayo, y el teatro. Pero es el género narrativo el que ha llamado la atención del mundo entero. Por algo sus novelas y cuentos han sido traducidos a más de una veintena de idiomas.

Aunque a Fuentes le gusta más que lo lean a que lo cataloguen, se puede afirmar que es un novelista experimental por el uso que hace de diferentes técnicas narrativas en cada una de sus novelas, al igual que del lenguaje y la estructura. En este sentido se parece a su colega Camilo José Cela, quien ya ha obtenido el premio Nobel.

La temática de Fuentes se puede definir de la siguiente manera: en todas sus novelas hace uso del pasado con el presente de la ciudad, es decir, en sus novelas y cuentos maneja el tiempo pasado, por ejemplo la Conquista, la cultura náhuatl, el Virreinato o la Revolución; y el tiempo presente, que por lo general se sitúa en la ciudad.

Así por ejemplo, en la novela "Cambio de Piel", un grupo de personajes, Javier, Franz, Elizabeth e Isabel, viajan por México, Cuernavaca y otros lugares; y utilizando la técnica de contrapunto, intercala escenas de la conquista de Hernán Cortés. O en su cuento "Estos fueron los Palacios", se habla de la ciudad de México en el presente, así como la época de bonanza y esplendor de los palacios, que ahora están convertidos en vecindades.

El tiempo es una obsesión temática en Carlos Fuentes. El escritor, además de manejar tiempo pasado y presente, lo utiliza como parte de la técnica literaria, otras veces hace reflexiones sobre él; y en otras, lo maneja lúdicamente, incluso maneja una novela un tanto futurista.

El tiempo como elemento indispensable en la técnica literaria se aprecia en dos obras claramente, una es "La Muerte de Artemio Cruz" y la otra es "Aura".

En la primera novela el tiempo objetivo es de doce horas, que son narradas en primera persona, es decir, aquellas doce horas en las que Artemio Cruz agoniza y narra su sentir. Ahora bien, dentro de ese tiempo, aparece el subjetivo, narrado en tercera persona, en el que el protagonista recordará doce fechas trascendentales en su vida. Esas fechas no van en sentido cronológico, sino salteadas, y abarcan momentos como su nacimiento, el día en que toma posesión de las tierras de don Gamaliel, cuando se hace diputado, etc. Y lo interesante del tiempo en esta obra es que hay una perfecta estructura donde se muestran los altibajos del personaje principal. Además, no se olvide que hay doce momentos de reflexión, narrados en segunda persona, y en donde el tiempo permanece latente.

En "Aura" pasa lo contrario. Aquí no se sabe cuál es el tiempo presente ni el pasado, todo se confunde de manera intencional, se juega con el tiempo. Lo que se puede afirmar con seguridad es que Felipe Montero, el protagonista, forma parte de la dualidad presente-pasado, y en la que no se sabe cuando es joven o viejo o si tiene alguna relación o no con un personaje que tampoco sabemos si es anciana o joven.

En cuanto a sus reflexiones sobre el tiempo, a Fuentes le gusta hablar del pasado histórico que envuelve a todo México, y trata de explicar como ese tiempo tiene influencia sobre nosotros en el presente; esto se presenta tanto en sus ensayos, como en los personajes dentro de la narrativa.

Como ejemplo de sus ensayos está "El Espejo Enterrado" en el que hace una serie de reflexiones acerca de los cinco siglos del encuentro de dos mundos.

En el caso de la narrativa, estas reflexiones del tiempo se pueden ver claramente en "Las Buenas Conciencias". Dentro de esta novela, hay una primera parte en la que se habla del pasado de la familia Ceballos y de la tan arraigada tradición cultural guanajuatense. El conflicto llega cuando Jaime Ceballlos intentará luchar contra ese tiempo pasado y tradicional, del que finalmente no podrá escapar y que aceptará sin más remedio.

También es definido como escritor de la ciudad, por la constante referencia espacial acerca de la Ciudad de México como sitio universal que contiene todos los males y caos de todas las urbes del mundo, y por lo tanto, al hablar de la Ciudad de México, habla de un tema de carácter universal.

Juan Rulfo se dedicó a la narrativa rural, a retratar la vida del campo; y Fuentes dejó esa tradición para hablar de los problemas citadinos.

Fue él quien inició la llamada Novela de la Ciudad, y fue precisamente con "La Región más Transparente" en la que retrata el ambiente social de la ciudad de México, desde la alta burguesía improvisada y la llamada aristocracia del porfiriato, hasta el proletario y aquéllos que fluctúan de una clase a otra.

Sus narraciones abarcan todo tipo de problemas citadinos. Una de sus obsesiones es el retrato del político corrupto que renuncia a sus ideales para seguir los caminos del poder, el dinero, etc. Como ejemplo están Artemio Cruz, Jaime Ceballos, etc.

En otras narraciones habla del desmoronamiento de la ciudad, de la moral de una persona, y de los artilugios para sobrevivir y dejar a los otros en la miseria.

En el cuento "A la Víbora de la Mar", una solterona se va de viaje en un crucero por el Caribe, y ahí se enamora de un individuo que la hace feliz, la arregla y le da consejos para verse bella. Al final se descubre que él tiene un amante hombre y que ambos se dedican a estafar personas. Y mientras la solterona ilusionada no tiene idea de lo que pasa, la pareja juega a la víbora de la mar: "unos corren mucho y los de atrás se quedarán".

Fuentes también rompe con las corrientes literarias realista y naturalista, y adopta una nueva forma de narrar. Es bastante real, pero en combinación con elementos de fantasía, técnicas narrativas, y contraposición de realidades, da por llamar a esto Realismo Simbólico.

¿Qué quiere decir Realismo Simbólico? En pocas palabras es una alternativa para dejar ya por la paz las corrientes realista y naturalista que desde el siglo pasado se habían arraigado hasta poco más de la mitad del presente siglo. Consiste en combinar lo que es la realidad externa, lo que sucede, en función de la novela misma, que no es otra cosa que el uso de todos los recursos novelísticos para crear una realidad que el lector deba inferir.

Por ejemplo, en "La Región más Transparente" se da toda una serie de realidades en las que se habla de una variedad de clases sociales y sus problemas, esto se hace a través de una estructura que algunos críticos definen como caótica, pero de la que el lector puede formar sus propios puntos de vista y observar qué es lo que el narrador nos quiere decir: que la ciudad de México es un lugar nauseabundo, en donde la vida se vive con egoísmo y a veces con fracaso.

Dentro de su literatura aborda otros temas como el sentido de culpa en el mexicano, la realidad social del País, la falta de identidad, el atraso democrático y económico, la Revolución Mexicana, la corrupción, etc.

En sus novelas y ensayos hace fuertes críticas a la sociedad y a quienes habitan la ciudad. En su obra de teatro "Todos los Gatos son Pardos", se habla de la historia de Moctezuma y la conquista de los españoles, para luego abordar el presente con la matanza del 68 y dar a entender que todos los presidentes son igual de corruptos, desde el imperio azteca con Moctezuma, hasta la fecha.

A veces es cruda su narrativa, y en algunos casos hasta ofensiva. Su lenguaje no se limita a degradar secretarias bobas con muñecos de peluche en su escritorio o tontas y estúpidas madres abnegadas que se sacrifican por sus hijos, sino que emplea las palabras de modo bastante directo e hiriente, usa las maldiciones para hablar de la condición en que se encuentra el mexicano.

En "La Muerte de Artemio Cruz", un sacerdote acompaña a Artemio, quien ya tiene sus horas contadas. Hay rezos, pero la conciencia de Artemio empieza a producir una letanía con la palabra "chingada".

En cuanto a sus técnicas narrativas, se puede decir que son muy variadas. Prácticamente por cada novela que tiene, usa una serie de características, técnicas distintas a las que había empleado en otros escritos.

En "La Región más Transparente", dice tener influencia directa de cuatro escritores: Faulkner, Dos Pasos, Lawrence y Huxley. De ellos saca las técnicas que más tarde irá perfeccionando, junto con innovaciones propias.

En su novela "La Cabeza de la Hidra" maneja técnicas de la novela policiaca. Un personaje, Félix Maldonado, se ve envuelto en un problema de corrupción petrolera, y a medida que pasa el tiempo irá descubriendo toda una serie de intrigas en las que se ve implicado el gobierno.

En "Cristobal Nonato", el narrador es un personaje que aún no ha nacido, pero que sabe todo lo que pasa en el mundo. Se publicó por primera vez en 1987, pero habla de acontecimientos que suceden en 1992.

En "Aura", se maneja la segunda persona. Esta novela, o noveleta, es la primera en su género, ya que antes nunca se había usado el "tú" para narrar. También se utiliza en "La Muerte de Artemio Cruz", donde la segunda persona se emplea como técnica narrativa para designar lo que es la conciencia del personaje principal.

Como cuentista, Fuentes cumple con todas las características del género. El escritor menciona, en una entrevista realizada por Emmanuel Carballo, que escribe novelas porque es un cuentista roto, a lo que después afirma, que usa la novela para decir todo lo que piensa y no porque sea mal escritor de cuentos.

En un cuento no se puede decir todo, eso es cierto. Por eso, Fuentes tiene poca cuentística publicada; sin embargo, son perfectos, sobre todo los que componen sus libros "Cantar de Ciegos" y "Agua Quemada". Resulta ser sorpresivo, elemento imprescindible del género cuentístico y que no muchos pueden manejar tan bien.

Como ejemplo están "Las Dos Elenas", donde Elena hija dice que toda mujer debe tener dos hombres para complementarse, y esa idea asusta a toda la familia, sobretodo a Elena madre, pero sabemos que son habladurías y nada más. En cambio, resulta que la que anda con dos hombres es Elena madre, con su esposo y con el esposo de Elena hija.

Y al igual que Octavio Paz, el ensayo es el género donde Fuentes puede plasmar su pensamiento, tanto de lo que para él significa la literatura como sus ideas acerca del mundo contemporáneo.

Si de literatura se trata, tiene ensayos como "Cervantes, o de la Crítica Literaria", "Geografía de la Novela", etc.

Y si se quiere saber lo que piensa del tiempo en que vivimos, el escritor saca oportunamente ensayos que hablan del tiempo que le rodea y su circunstancia. Así, por ejemplo, en 1971 publica su libro "Tiempo Mexicano", en el que hace un análisis de la vida del mexicano, con agudos comentarios sobre problemas como el 68 y los halcones contratados por el Gobierno en 1971, entre otras cosas.

En 1992, con motivo del quinto centenario del Descubrimiento de América, sacó su libro "El Espejo Enterrado", donde habla de lo que piensa acerca de la conquista española, sus consecuencias y la realidad presente de la América Latina.

En fin, Carlos Fuentes lo tiene todo.  Elena Poniatowska dice que él es un fenómeno de la literatura, que es el icuiricui, el macalacachimba; un individuo al que la vida ha tratado siempre bien.  Es de los pocos escritores que pueden darse el lujo de vivir, y vivir bien de la literatura. Carballo dice que la bibliografía de Carlos Fuentes crece en forma aritmética y su renombre en proporción geométrica.

Sólo tiene dos elementos en su contra. Primero, una vertiente crítica que lo pone contra la pared por su cosmopolitismo y el poco vivir en México, ya que su literatura acerca del país es poco auténtica por esta razón. Y el otro elemento en su contra es el tiempo, el que supo manejar favorablemente para sí y que ahora está en su contra, porque nos urge a todos y a él el premio Nobel de Literatura.

Si hay algo que reconocer, es que Carlos Fuentes es el más grande escritor de México entre los vivos, junto con Octavio Paz. Y es uno de los más grandes del mundo hispano y no hispano. Tiene la maestría del ensayo al igual que Paz, el experimentalismo novelístico y afortunado con el que ha dado grandes obras a la humanidad, al igual que su colega Camilo José Cela.

Lo tiene todo, pero el tiempo se acaba y el Nobel no llega.  Carballo en cierta ocasión mencionó que la probabilidad de que Fuentes obtenga el premio es difícil, ya que anteriormente ganaron el galardón Cela, y después Paz.

Son dos escritores de lengua española, y para que Fuentes obtenga el premio, necesitaría dejar pasar dieciséis años, ya que, según Carballo, ése es el promedio de años entre cada escritor de lengua española en el historial de los premios Nobel. Y más difícil se pone la situación si vemos que en 1989 Cela obtuvo el premio, y Paz en 1991.

Sin embargo, no hay que ser pesimistas. Aún tiene mucha cuerda para escribir y si lo comparamos con Paz, todavía le quedan muchos años de oportunidades, logros y triunfo. Y por mientras, veremos a Carlos Fuentes recibir el premio Príncipe de Asturias, el cual será otorgado precisamente el día que cumpla 66 años de edad.


Bibliografía

Los días Enmascarados, 1954
La Región más Trasparente, 1958
Las Buenas Conciencias, 1959
Aura, 1962
La Muerte de Artemio Cruz, 1962
Cantar de Ciegos, 1964
Zona Sagrada, 1967
Cambio de Piel, 1967
París, la Revolución de Mayo, 1968
La Nueva Novela Hispanoamericana, 1969
Cumpleaños, 1969
Casa con dos Puertas, 1970
Todos los Gatos son Pardos, 1970
El Tuerto es Rey, 1971
Los Reinos Originarios, 1971
Tiempo Mexicano, 1971
Cuerpos y Ofrendas (antología), 1972
Terra Nostra, 1975
Cervantes o Crítica de la Lectura, 1977
La Cabeza de la Hidra, 1978
Una Familia Lejana, 1980
Agua Quemada, 1981
Gringo Viejo, 1985
Cristóbal Nonato, 1987
La Campaña, 1990
Constancia y otras Novelas para Vírgenes, 1990
El Naranjo o los Círculos del Tiempo, 1993.
Orquídeas a la Luz de la Luna
El Espejo Enterrado
Geografía de la Novela
Tres Discursos para Dos Aldeas

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